Ubicada estratégicamente a 20 metros del centro de la ciudad
se erige imponente y sólida como ella misma, la catedral, de nuestro Jaén es
todo un icono, que cala en nuestra retina para quedarse como el recuerdo más
importante de lo vivido en esta ciudad.
Su infraestructura moderna, acompañada con muestras de arte pictórico
y escultórico, como los santos de yeso que circundan la iglesia en sus
interiores, y el principal representante de estos el patrono de Jaén: El Señor
de Huamantanga.
Otra de sus esenciales características peculiares, son los
hermosos vitrales que decoran su fachada y la torre de 30 metros que la
acompaña, estos vitrales le dan un aura luminiscente a su interior y dota de un
espectáculo multicolor en el exterior.
Esta catedral, influenciada principalmente por los primeros españoles
que colonizaron la ciudad, demuestra sus raíces españolas, en los múltiples
detalles de las vestimentas que portan las esculturas que habitan la catedral. Su
torre es otro detalle que le da carácter, al estar compuesta por un enorme reloj
y coronada con una cruz de 5 metros de alto por 3 de ancho.
El estado actual de la catedral mejora con el tiempo,
recibiendo a muchas personas diariamente, tanto ciudadanos como extranjeros,
que aprecian anonadados la espectacular construcción.
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